Miramos hacia atrás en el tiempo y pensamos, ¿será verdad que nuestros antepasados íberos, celtas, o celtíberos vivían en comunidades tribales, con una asamblea popular y un consejo de sabios, en colaboración perfecta con la naturaleza?
La Península Ibérica estaba habitada por pueblos cuya organización social estaba fundada sobre lazos de parentesco. Estos los constituían grupos de consanguíneos, descendientes de antepasados comunes, con una economía basada en la comunidad. Pero, según cuenta la historia, en el IV milenio a.C. aparecen los primeros Estados.
Max Weber define los Estados como «una organización humana que controla de una manera exclusiva y legal el uso de la fuerza sobre una zona geográfica específica«.
Este manifiesto expone una alternativa ideológica para la creación de una nueva sociedad basada en los principios de las comunidades étnico-sociales donde lo común y biológico impera frente al ego y el materialismo.
León Darío Zurbano