Francisco J. Fernández-Cruz Sequera, ya conocido en el mundo del libro como ‘SEQUERA‘, es natura del Madrid (1963). Ingresó en la carrera militar diplomándose en operaciones especiales, motivo por el que prestó servicio con fuerzas militares y policiales de élite pertenecientes a países como Colombia, Bolivia o Angola.
Se licenció en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid; es Master en Derecho de Familia y especialista en Derecho Penal y Laboral; y tras dejar la milicia, comenzó a ejercer como abogado en Madrid, actividad en la que dedica parte de su tiempo a la defensa de personas sin recursos. Ha colaborado en distintas publicaciones jurídicas, políticas y culturales, y participa en diversos programas radiofónicos y televisivos, estos últimos en calidad de analista político internacional.
Es conferenciante habitual, recorriendo España e Hispanoamérica en dicha labor. Ha escrito hasta el momento once obras de diversas temáticas: crónica negra, economía, política nacional e internacional, historia y poesía. Escribe en el blog http://lagranpartida.blogspot.com.es/
En nuestra casa editorial ha publicado 9 títulos y prologado otros tantos, destacando un estudio introductorio sobre la obra del filósofo italiano Diego Fusaro, «La sociedad abierta: condena turbomundialista contra los pueblos» de reciente publicación.
¿Qué es lo que le ha llevado a escribir este libro?
Lo que me ha llevado a abordar la redacción de una obra tan extensa como Los amantes del fin del mundo, este sólo es el primer volumen, es la necesidad de presentar ante el público general, la realidad profunda que mueve los entresijos de la política internacional. En contra de lo que la mayoría de las personas piensan, la primera motivación de las decisiones políticas en el plano internacional de las grandes potencias anglosajonas, y cada vez más de los países hispanoamericanos sometidos a Washington, no es de orden material, sino escatológico y milenarista: la realización práctica de las profecías bíblicas, en las que el autodenominado “pueblo elegido” ocupa el lugar central.
¿Qué es el cristianismo sionista y por qué se ha interesado en este movimiento?
Cuando asistimos a los informativos cotidianos y se nos habla de fundamentalismo religioso y de la violencia que lo rodea, siempre se nos hace referencia al Islam; sin embargo, el fundamentalismo cristiano, como punta de lanza del ideal sionista, ha desplegado una infinita capacidad de movilización, un poder casi ilimitado y una violencia superior a cualquier otra conocida. Y, lo más importante, no estamos ante un movimiento espontáneo, sino ante una operación de inteligencia israelí desarrollada tras la guerra de 1967, para garantizar el poder de esta nación en el interior de los EE.UU. y de todos los países dependientes de éste.
Un fenómeno con el que han logrado afianzar el poder de la minoría judía dentro de los propios EE.UU. hasta hacer de sus decisiones, la brújula que marca la agenda política de esta nación. Y esto no podría haber ocurrido, sino se hubieran dado las condiciones precisas para ello, creadas históricamente a través del calvinismo y del puritanismo religioso desde el S. XVI.
Movimientos religiosos, que han sostenido a través del tiempo una visión del mundo, propia del antiguo Israel, que yo he denominado, como mero sistema de ideas: la ideología judía. Algo que no es ni racial, ni político, ni nacional, ni religioso, ni cultural exclusivamente, pues abarca todos los planos hasta conformar una verdadera visión total de la existencia, la mayoría de las veces, sostenida por personas que ni tan siquiera pertenecen a ese ente llamado Israel.
¿Cómo influye este fundamentalismo religioso en los acontecimientos internacionales?
Mil cadenas de radio y cincuenta canales de televisión, sólo en los EE.UU., tienen un poder absoluto en la formación de la opinión pública de este país. Pero el fundamentalismo se ha extendido por toda Hispanoamérica, principalmente en los países de mayor pobreza, en los que las clases populares caen en la imitación de lo anglosajón, como modo de superar su propia pobreza, aun a costa de perder su propia idiosincrasia. Y esto ocurre con el beneplácito de las oligarquías dominantes en estas naciones, cuya connivencia con el capitalismo estadounidense en la explotación de los propios recursos de sus naciones, es históricamente conocido.
Y ¿Cómo puede afectarnos en el día a día?
Respondo con otra pregunta: ¿cómo puede afectarnos que haya un poderoso grupo de presión internacional, que se haya fijado como objetivo llegar a una guerra que termine con el mundo para que llegué a reinar su particular divinidad? Nadie que no entienda la meta que se han marcado, puede comprender los acontecimientos políticos de nuestro tiempo. NO es que quieran destruir “su mundo”, es que quieren destruir el mundo de todos, establecer un poder planetario, en cuya cúspide estará su salvador, siendo exterminados, cual bíblicos filisteos, todos los demás seres humanos. Son unos genocidas en ciernes.
¿Por qué recomienda que se lea este libro?
Porque les servirá para adquirir una base de conocimiento, un punto de partida, que les permitirá empezar a comprender los fenómenos que ocurren en la actualidad, y no sólo en el terreno político, sino también las razones que mueven la actual interpretación de los acontecimientos históricos.
¿Daría al lector algún tipo de recomendación cuando comience la lectura de su libro?
Sí, este primer volumen, de contenido eminentemente teórico, trata de dotar al lector de los conocimientos necesarios, tanto de corte religioso como histórico, para comprender los hechos de política inmediata y práctica que se irán desarrollando en los libros que le seguirán. Una vez hayan leído la totalidad de la obra, tendrán la llave maestra para la comprensión profunda del mundo que vivimos.
Desea añadir algo más
Este es un libro para los mejores, un texto para aquellos que quieren saber de verdad, más allá de un comentario en redes sociales apto para mediocres. Que lean despacio, que asimilen la información, y que esperen a la lectura de los siguientes libros. En ese momento verán confirmada su intuición, si la tenían, sobre quienes detentan el verdadero poder, y si no es así, descubrirán que las cosas no son como los grandes medios de comunicación se empeñan a diario en hacernos creer.
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