Traducción a cargo de Carlos X. Blanco.
Estudio introductorio de Francisco José Fernández-Cruz Sequera.
Alicante. Octubre de 2020.
Justamente cuando la izquierda vergonzante, posterior a 1989, renunciaba al marxismo, y con ello, renunciaba también al derribo del sistema capitalista, ésta izquierda se convertía en el más eficaz instrumento al servicio de la oligarquía explotadora y de los poderes ocultos del turbo-capitalismo. Adoptando por fin toda la agenda del neoliberalismo extremista que hoy es dogma e impera en el mundo sin apenas contestación, la izquierda vergonzante y des-marxistizada se inhibe de toda función genuina que justificaría su existencia: la función de resistencia comunitaria ante las agresiones del capital (no ya digamos de sus funciones auténticamente subversivas) y así se deja comprar por las agencias gubernamentales, oenegés y fundaciones liberales, por la partitocracia y sindicalismo subvencionado que, a su vez, son meros apéndices del Poder Especulativo del Capital.
Copando todos los puestos posibles de la burocracia, especialmente en la educación, la cultura y los servicios sociales, la nueva izquierda des-marxistizada se ha arrogado con gusto el papel de “nueva Inquisición” que vela por la corrección política al servicio de las agendas impuestas desde el neoliberalismo, para que éstas se cumplan a rajatabla e incluso se impongan con mano de hierro a ese porcentaje nada desdeñable de la población occidental que las élites no dudaron en llamar “deplorables”: los defensores de la soberanía nacional, los amantes de la familia con misión reproductiva, de la familia forjada por una pareja monógama y heterosexual, los trabajadores y patronos que desean estabilidad y dignidad en su labor de productores, los amantes de su tierra, su sangre y sus tradiciones, los jóvenes sin futuro….
[Los “deplorables” son, en realidad, los amplios sectores populares que no se ven representados por el “progresismo”, esto es, por aquellos supuestos valores de la izquierda des-marxistizada, ortodoxa en cuanto a la economía neoliberal y transgresora en cuanto a valores civilizatorios fundamentales. Valores inhumanos neoliberales disfrazados de progresismo: destrucción de las familias y las patrias, deslocalización de la producción y nomadismo obligatorio para el productor, ultra-hedonismo y consumismo generalizados, disolución de categorías naturales (sexuales, filéticas) y culturales (“el globish”, el “spanglish”, la emulación de la vestimenta afro-americana, el cosmopolitismo).]
Y, en medio de tal panorama, llega un joven filósofo italiano, uno de los mejores conocedores actuales de la obra de Karl Marx, y no sólo de Marx, sino de todo el ciclo germánico de la filosofía idealista (Fichte, Hegel) hasta llegar a los gigantes post-idealistas del siglo XX (Heidegger) o la esplendorosa filosofía nacional de los italianos (Croce, Gentile, Gramsci). Llega Fusaro, decimos, y pone patas arriba la estúpida no-filosofía de la izquierda des-marxistizada de nuestros días, tan necia e ignorante ella que no sabe nada de crítica del Capitalismo, sino que sólo entiende de un “anti-fascismo” tan espeso como el humo de la marihuana fumada por sus no-pensadores y por “activistas” sesentayocheros (¡en 2020!) que defienden con rabia y denuncias interpuestas a supuestas minorías alienadas –en realidad privilegiadas- pero que, a cambio, dejan tirados en la cuneta a sus compatriotas “deplorables” en el paro, a la clase media abrasada por impuestos o al “precariado” nacional. La pseudo-izquierda alucinada de Podemos (partido co-gobernante en la España actual) o la “Izquierda (des)Unida” del Ministro consumista de Consumo, Alberto Garzón, es una izquierda nunca podrá entender a un filósofo como a Fusaro.
[Diego Fusaro, discípulo de Preve, defiende al Marx heredero de Aristóteles y de Hegel, no el Marx positivista o “materialista dialéctico”, sino el Marx que luchó por el derecho natural a la existencia de una Comunidad Orgánica. El hombre, la Persona, es un ser Comunitario que realiza su existencia en Comunidad con los “suyos” en una Patria (tierra de los “Padres”) que es la “suya”. El rescate del Marx comunitario es el objetivo de nuestro autor italiano.]
La Editorial EAS ha tenido el acierto de lanzar al mercado La Sociedad Abierta. Condena Turbomundialista contra los pueblos. Nos complace haber realizado la traducción y selección de los textos que componen esta denuncia simultánea (a) al Capitalismo especulativo y globalista que asfixia a los pueblos y al planeta, y (b) de la izquierda “progresista”, vale decir, políticamente correcta que, en su afán de sobrevivirse como mero epifenómeno del propio capitalismo salvaje, corrompe, oscurece y contradice las armas intelectuales de Marx y, en general, de la Filosofía, para poder trascender este modo de producción enemigo de la humanidad. El libro se ve enriquecido por un excelente estudio introductorio del jurista, comunicador y ensayista, don Francisco José Fernández-Cruz Sequera, más algunas entrevistas al autor. Unas trescientas páginas repletas de textos llenos de erudición y crítica, pensamiento filosófico de alto vuelo y hondísima profundidad al servicio de la emancipación de los pueblos. Se trata de una iniciativa editorial que hará historia en España, lo decimos con orgullo, pues permitirá conocer en lengua castellana al Fusaro más polémico y más incisivo, el más incómodo para esa izquierda ayuna de filosofía, enajenada. El Fusaro que puede ayudarnos a crear un bloque nacional-popular formado por todos los perjudicados por la globalización: clases productoras (trabajadores, autónomos, pequeños y medianos empresarios), capas nativas y “arraigadas”. Un bloque que ponga freno a los “Señores del Dinero” mundiales, enemigos de toda soberanía y aniquiladores de aquellos valores que, criminalizados como “de derecha” o incluso como “fascistas” o “reaccionarios”, son, sin embargo, el asiento y la argamasa de una Civilización y pueden volver a ser revolucionarios. Ni de izquierdas ni de derechas, sino todo lo contrario…
Fusaro ofrece en este libro, quizá mucho mejor que en otros textos anteriores, dotados de cariz más académico o especializado, su verdadera continuidad con Marx y el idealismo alemán, así como su proximidad con los “tradicionalistas revolucionarios” de nuestro presente (Dugin, de Benoist, Steuckers…). La inquieta y rompedora editorial EAS no podía dejar de comprometerse en lanzar esta obra, la cual se ha hecho realidad en España. No va a pasar desapercibida la obra fusariana al enemigo liberal, ya se llame “conservador” ya “progresista”. Es una pieza más para la necesaria regeneración nacional.
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