Washington, Tel Aviv y Londres forman un eje geopolítico que se rige por algo más que puros intereses económicos. La influencia del cristianismo sionista y el evangelismo, así como el pensamiento mágico, en la política de estas potencias afecta directamente a las decisiones que se toman a nivel global. ¿Giran nuestras vidas entorno a su modelo político mesiánico?
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