Las orientaciones y reflexiones de los autores de esta obra tienen un punto en común: se hacen desde el paradigma ideológico que antepone la soberanía política al poder financiero, los pueblos a la especulación bancaria y las identidades al mercado universal.
Coinciden los autores en el diagnóstico de la crisis, que es una crisis financiera y de deuda, un auto-ajuste del capitalismo internacional, y también en señalar que las causas profundas son muy anteriores a esto, habiendo de retrotraerse al momento en el que la función política pasa a estar controlada por la función económica.
Esta obra ofrece un punto de partida, así como una invitación a la reflexión para articular una respuesta operativa y sólida al desafío que supone el modelo económico del neo-liberalismo ultra-capitalista propio de la mundialización.