Inmigración masiva, declive de los valores, integración de la perspectiva de género, radicalización, sociedades paralelas, polarización social, crisis de deuda: donde se mire, Europa parece desintegrarse ante nuestros ojos; El universalismo políticamente correcto nos ha llevado al borde del desastre. Ya es hora de volver a esos valores que alguna vez estuvieron en la raíz de la grandeza de Occidente, si queremos evitar los peores escenarios.
Esto solo será posible mediante una renovación fundamental de Europa sobre la base de un credo político que nos gustaría llamar »Hesperialismo»: por un lado, necesitamos una Europa que sea lo suficientemente fuerte para proteger al Estado nación individual contra el surgimiento de China, la explosión demográfica de África, la difícil relación con Rusia y la radicalización del Cercano Oriente. Pero, por otro lado, una Europa así solo encontrará aceptación si permanece fiel a las tradiciones históricas de Occidente en lugar de luchar contra ellas en nombre de un universalismo multicultural quimérico.
Defensa de la familia natural, severa regulación de la inmigración, retorno a la Ley Natural, protección de un modelo económico socialmente responsable, implementación radical de la subsidiariedad, revitalización de las raíces culturales de nuestra identidad y renovación de nuestro sentido de la belleza: estos son, en resumen , los pilares de una nueva Europa »Hesperialista».