«Un día Hitler hizo llamar de entre la muchedumbre a una pequeña y hermosa muchacha que le había llamado la atención. Conversó con ella y la invitó junto a su madre a que lo visitaran a menudo.
«La pequeña Berneli se convirtió manifiestamente en la favorita de Hitler. Un motivo más para que yo la fotografiara mientras ambos charlaban en la terraza.
«Un puntilloso miembro del Partido, que conocía a la familia de Berneli, no tuvo nada más diligente que hacer que ir a participarle precisamente a Bormann que la niña no era netamente aria. Aun cuando el padre de Berneli había sido condecorado con la Cruz de Hierro de 1ª Clase, prohibió inmediatamente a la madre que siguiera viniendo al Berghof con la pequeña. Conforme a su estilo, emitió la prohibición sin decirle ni una palabra de ello a Hitler. Un tiempo después Hitler preguntó por su pequeña amiga, dando Bormann esquivas respuestas.»
Heinrich Hoffmann