Este libro que a continuación tenemos el placer de ofrecer al gran público pertenece a los menos, como bien diría Nietzsche, puesto que la masa uniforme en su mayoría será incapaz de asimilar tales conceptos, que no físicos sino metafísicos, son plasmados en los ritos de iniciación de la Masonería Turca.
Nos complace rescatar del olvido una obra iniciática sacra, que para bien o para mal, ha contribuido en la historia de Europa. En la misma, el autor realiza un compendio de alquimia, rosacrucismo y masonería trasmitiendo los conocimientos iniciáticos ya olvidados (perdidos) en Europa y que se mantiene en los países musulmanes.
Como gran estudioso de la época, y asfixiado por la monotonía de una sociedad industrial y materialista, cuestionándose en todo momento el espíritu moderno se embarca en busca de hallar una respuesta, y siguiendo «los acontecimientos en Oriente de los últimos años, siempre tiene que volver a preguntarse cómo es posible que un pueblo de raza inhomogénea como los Turcos, haya resistido tanto, enfrentando a un mundo de enemigos y logrando salir vencedores de la lucha».
Ahí es donde Alfred Rudolf Glauer matiza que «el espíritu moderno y materialista buscará en vano la causa principal pues siempre quedará detenido en las cosas superficiales». Él no puede entender «que solamente la conducción espiritual y las enseñanzas a las que accede todo musulmán desde su juventud, les han ayudado a superar tiempos tan difíciles».
Esa búsqueda de la tradición primordial queda plasmada en esta obra de rito y símbolo.
Manuel Quesada
Rudolf von Sebottendorf
Rudolf "Freiherr" von Sebottendorf o Sebottendorff, era el alias de Adam Alfred Rudolf Glauer (9 de noviembre de 1875, Hoyerswerda, Silesia, Imperio alemán – 8 de mayo de 1945, Turquía), y que también utilizó ocasionalmente otro alias, como Erwin Torre. Su padre fue Rudolf Glauer, un ingeniero de ferrocarriles. Trabajaba en una usina en los alrededores de Görlitz. Después de haberse matriculado en el Politécnico de Berlín, en 1897 y con sólo 22 años de edad abandona su país natal para viajar al El Cairo, Egipto donde trabajó durante 3 años. Ahí adquiere gran interés por la Teosofía y la Masonería y establece contacto con el misticismo islámico y con la enseñanza de los derviches Mevleví. Sus deseos de conocer el mundo lo obligaron a viajar a Turquía. Fue buscador de oro y se estableció un tiempo en la región de Bursa, en Turquía, alrededor del año 1900. En estas regiones, entró en contacto con otras doctrinas como la Cábala y el Sufismo, hasta ingresar en la orden sufí Bektashi. En Estambul estuvo al servicio de Husein Pasha como superintendente de sus propiedades. En esta ciudad, al parecer, Sebottendorff se relacionó y visitó frecuentemente a la familia judía de los Termudi, la cual era adinerada, estudiosa de la Cábala y propietaria de una biblioteca de textos alquímicos y rosacruces, y la cual también le facilitó su iniciación en una logia masónica del rito de Memphis dependiente de Francia. Estas influencias dieron forma a su visión propia de la masonería en la que incluye elementos rosacruces, alquímicos y sufíes, así como también le llevaron a su creación de un sistema de meditación y respiración. Se cree que en 1909 conoció al Barón Heinrich von Sebottendorff, quien le habría adoptado y nombrado su heredero, de ahí que, a partir de entonces, se haga llamar por este nombre. Ya en 1911 adquiere la nacionalidad turca. Fue herido gravemente durante la Primera Guerra de los Balcanes (1912) y pese a este altercado, Sebottendorff siguió profundizando en sus estudios esotéricos llegando a afirmar que había «descubierto la llave de la realización espiritual», mediante ejercicios de meditación. Regresó a Breslau en 1913, donde comienza a estrechar vínculos con grupos esotéricos germanos y financió los primeros ensayos del ingeniero Friedrich Göbel quien ideó los carros de asalto. Estuvo exento de prestar sus servicios militares durante la Primera Guerra Mundial debido a su ciudadanía turca. Se casó en 1915 con Bertha Iffland y permaneció en Münich. En 1916 entra en contacto con la Germanenorden también conocida como Orden de los Germanos. Poco después es nombrado líder de la rama bávara de la Orden, con sede en Münich. Permanece luego en Fribourg-in-Brisgau, en 1918. El 17 de agosto de ese mismo año funda la Sociedad Thule.1 Ese día se realizó la iniciación de treinta miembros y la nueva sociedad comienza sus actividades que incluían reuniones, conferencias, y excursiones semanales. Compró por cuenta de la Germanenorden, la casa editorial Franz-Eher-Verlag y el periódico Münchener Beobachter que desde el 9 de agosto de 1919 pasó a llamarse Völkischer Beobachter (y se convirtió en el periódico oficial del NSDAP). Las acciones políticas de la Sociedad de Thule culminaron en abril de 1919 cuando, supuestamente, algunos miembros pretendieron llevar a cabo un ataque contra la República Soviética de Baviera. El 26 de abril las autoridades entraron en la sede de la sociedad y detuvieron a su secretaria, la condesa Hella von Westarp y a otros seis miembros, quienes fueron fusilados acusados de haber participado en la gestación de un golpe de estado. Las acusaciones de estos hechos recayeron sobre Sebottendorff quien se vio obligado a renunciar a su liderazgo y abandonar Alemania. Meses antes de dejar el país, surgía el DAP, (Partido Alemán de los Trabajadores), que posteriormente se convertiría en el NSDAP. De regreso a Turquía continúa con sus estudios esotéricos, publicando un libro llamado: La práctica de la auténtica masonería turca: la clave para la comprensión de la alquimia, y años después, en 1925, publica El talismán de los rosacruces. Fue cónsul honorario de México y entre 1929 y 1931 visitó México y Estados Unidos, donde negoció varias concesiones para Turquía. Permaneció en Estambul durante un tiempo y en 1933 decidió regresar a su país natal para resucitar la Sociedad de Thule, la cual había sido prohibida por el régimen nazi por sus semejanzas estructurales con la masonería. A finales de ese año publicó en Alemania un ensayo llamado: Antes de que Hitler llegase: Documentos de los primeros días del nacionalsocialismo, el cual tuvo un éxito notable hasta su segunda edición, cuando fue prohibido por el régimen. Sebottendorff tuvo que escapar de nuevo del país, regresando a Turquía. Supuestamente murió ahogado en el Bósforo el 8 de mayo de 1945, en Turquía,2 algunos creen que se suicidó.
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