Tras el fin de la última Edad de Hielo en Europa, hace unos doce mil años, el clima se volvió gradualmente más cálido, alcanzando un pico de temperatura entre el 4.000 y el 2.000 a.C. Después, durante unos quinientos años, la temperatura descendió en el hemisferio norte, los glaciares avanzaron, las precipitaciones aumentaron y la vegetación cambió totalmente. Los habitantes de Escandinavia y de la costa del Báltico ya no podían mantener el modo de vida al que estaban acostumbrados. El golpe mortal llegó con la erupción del volcán Thera hacia el año 1630 a.C. y el cataclismo climático subsiguiente. Los norteños abandonaron su tierra y se dirigieron al sur, probablemente a lo largo de los ríos rusos. Una tribu, llamada por Homero los aqueos, llegó al Peloponeso (la principal península de Grecia) y allí fundó la civilización micénica. Por supuesto, trajeron consigo sus mitos e historias. Según la teoría de Vinci, al encontrar similitudes entre la región del Egeo y la del Báltico, adaptaron a su nuevo territorio los nombres de sus ciudades nativas, ríos, tribus, etc. y resituaron allí sus relatos épicos. Pero las dos geografías no encajaban del todo, y por eso Homero comete errores garrafales cuando describe el mundo mediterráneo.
Generaciones de eruditos clásicos han cartografiado y vuelto a cartografiar los viajes de Odiseo/Ulises, tratando de encontrar un esquema plausible para ellos en algún lugar del Mediterráneo. Pero si asumimos que “el origen del poema de Aquiles, la Ilíada, parece estar en las regiones del Golfo de Finlandia, mientras que el primer núcleo del poema que glorifica a Ulises, la Odisea, probablemente se originó en la zona de lo que hoy es Dinamarca”, entonces Homero no habría cometido ningún error.
¿Cuáles son las pruebas de esta sorprendente afirmación? El Dr. Vinci ofrece un ejemplo tras otro de nombres similares en las dos regiones. Por supuesto, encontrar similitudes en palabras de lenguas diferentes es una costumbre de los prehistoriadores inconformistas de la que se ha de desconfiar con razón. Se necesitan pruebas sólidas que lo corroboren, que en el caso de Vinci provienen de los paralelismos geográficos: río por río, isla por isla, etc.
Dr. Joscelyn Godwin