Una nación rota que se había cohesionado en torno a un “socialismo autogestionario”, de carácter multiétnico, durante la Guerra Fría en torno a un líder carismático, Tito, que había dotado al país de un sistema de autodefensa capaz de movilizar a dos millones de combatientes en un mes en un territorio salpicado de depósitos de munición en cualquier buhardilla o almacén y pequeños caudillos de barrio o pueblo que imposibilitaban que los acuerdos adoptados en el nivel político se pudiesen implementar sobre el terreno.
A este escenario, llegaremos los españoles a Bosnia y Herzegovina en cuyo espacio se repartían casi en terceras partes una población de mayorías Serbias, Croatas y Musulmanas que convivían con minorías las otras dos. Una convivencia que había sido posible durante el régimen de Tito pero que con diferencias históricas ancestrales y religiones diferentes tan sólo era necesario dejar que los extremismos y los radicalismos… y toda clase de “ismos” creasen el caldo de cultivo para una dura guerra civil que estalló en dos fases, una primera en 1991 entre Serbios contra Croatas y Bosnios, y en una segunda, en 1992, entre estos últimos, para regocijo de los serbios ya replegados al este del Neretva.
Con este interesante libro “Españoles en Bosnia”, los amantes de la Historia Militar tendremos a nuestra disposición un documento de referencia que nos va a permitir conocer el trabajo realizado por varias generaciones de militares que van a ir entrando en una serie de fases/operaciones que abarcan todo el espectro de los conflictos, desde el combate generalizado, interposición e imposición, hasta los niveles de estabilización y consolidación de la paz, para llegar a los niveles de baja intensidad manteniéndonos en una zona gris del conflicto.
Teniente General Julio Salom Herrera (del prólogo)