El Sitio de Baler, asedio al que fue sometido un destacamento español por parte de los insurrectos filipinos en la iglesia del pueblo de Baler, en la isla filipina de Luzón, durante 337 días. Desde diciembre de 1898, con la firma del Tratado de París entre España y Estados Unidos, se ponía fin formalmente a la guerra entre ambos países (que habían firmado un alto el fuego en agosto) y España cedía la soberanía sobre Filipinas a Estados Unidos. Debido a esto, los sitiados en Baler son conocidos como los últimos de Filipinas.
Esta obra que presentamos a continuación es la edición facsímil de la publicada en 1904 sobre la historia de aquellos valientes, narrada por el Jefe de aquel destacamento, el Capitán de Infantería Saturnino Martín Cerezo.
Saturnino Martin Cerezo

Saturnino Martín Cerezo (Miajadas, 11 de febrero de 1866 – 2 de diciembre de 1945) fue un militar español muy conocido y héroe después de encabezar la resistencia en la Iglesia de Baler, en Filipinas. Siempre mostró una gran devoción por los libros y el estudio, pero tanto la mentalidad de la época, como la paupérrima situación de su familia, lo obligaron, desde muy joven, a trabajar en el campo para ayudarla. Pero no tardaría mucho en darse cuenta de que eso no era lo suyo y se presentó voluntario, con 17 años, al ejército. Tras ascender a sargento, en 1897 fue nombrado segundo teniente de la escala de reserva tras ofrecerse como voluntario para ser destinado a Filipinas, por la necesidad de cubrir las vacantes existentes ante la revuelta tagala en esa Capitanía. Tras la paz de Biak-na-Bato, aparentemente sofocada la revolución filipina, el gobierno decidió sustituir los 400 hombres del mayor Génova, en Baler, por el pequeño destacamento de 50 hombres al mando de Juan Alonso Zayas. Cerezo embarcó en Manila rumbo a Baler a principios de 1898, donde llegó en febrero, junto al comandante del destacamento, el teniente Juan Alonso Zayas y el recién nombrado gobernador civil y militar del distrito el Príncipe, el Capitán de Infantería Enrique de las Morenas y Fossi. A pesar de que entre Baler y Manila apenas había 100 kilómetros, las comunicaciones por tierra eran prácticamente inexistentes, siendo el barco el medio habitual para la recepción de mercancías y noticias. Tras un breve periodo de tranquilidad, el 30 de junio de 1898, durante una patrulla rutinaria, los hombres al mando de Cerezo cayeron en una emboscada de los insurgentes filipinos, comandados por Teodorico Novicio Luna, resultando herido el cabo Jesús García Quijano, comenzando el sitio. Los españoles, se refugiaron en la iglesia del pueblo por ser el edificio más sólido y defendible en caso de prolongarse la situación, que, finalmente, duró 337 días (hasta junio de 1899). El 18 de octubre, Alonso murió de beriberi, tomando el mando del destacamento Martín Cerezo hasta el final del sitio. El 28 de julio de 1899, Martín Cerezo embarcó junto con el destacamento en el puerto de Manila y llegó a Barcelona el 1 de septiembre y el 7 de ese mismo mes a Madrid, donde fue recibido en el ministerio de Guerra. El 21 entró en Miajadas bajo el apoteósico recibimiento de sus paisanos. Martín Cerezo fijó su residencia en Madrid, donde continuaría su carrera militar. Acostumbraba a ir a su tierra, concretamente a Los Canchos de Miajadas para dedicarse a su afición: la caza. Murió en Madrid el día 2 de diciembre de 1945, siendo general del Ejército.
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